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El ascenso planificado de Anita
Post #1
El ascenso planificado de Anita
Anita regresó bastante excitada esa tarde desde su oficina. Le pregunté cuál era el motivo de semejante agitación y me contestó que se había producido una vacante en la Subgerencia y mi adorada mujercita tenía posibilidades de ocupar ese lugar. Tenía alguna competencia, pero me aclaró que, de todas maneras, ella era la mejor candidata para lograr ese puesto. Solamente le hacía falta limar algunos detalles; me comentó con algo de misterio? Eso me dejó un poco preocupado: Anita era capaz de no medir ninguna consecuencia, cuando se le metía algo en la cabeza y peor todavía si se trataba de competir por un ascenso. Era realmente peligrosa en ese sentido. Finalmente me pidió que me tranquilizara y me blanqueó que solamente necesitaba demostrar que ella era mejor que otras dos posibles aspirantes a ese ascenso. Me dijo sonriendo que yo no conocía a esas otras dos mujeres; eso me llamó mucho la atención; ya que la misma Ana me había presentado a todas sus amigas y compañeras en ese tiempo. Yo jamás me había metido en el espacio de trabajo de mi adorada mujercita. Solamente opinaba sobre algo si ella me pedía consejo. Pasaron unos días, hasta que una tarde Ana me pidió que la acompañara a hacer unas compras de ropa. En el camino me explicó que necesitaba verse sexy ese sábado; cuando fuéramos a la fiesta de fin de año organizada por su empresa? Ana finalmente se decidió por un sensual vestido de lycra; bien pegado a su generoso cuerpo tan curvilíneo. Me aclaró que no llevaría ropa interior, para que no se le marcara nada debajo de esa delgada tela casi transparente? El color era un verde muy oscuro; con un generoso escote. También compró unos zapatos de taco bien alto. Verla con ellos calzados en sus pies, ya me provocaba una dolorosa erección? Ana eligió para mí una elegante corbata, que combinaba muy bien con uno de mis trajes oscuros favoritos. Esa noche de sábado, apenas llegamos a la recepción; supe que mi sensual esposa era la mujer más bella y provocativa de toda la fiesta. Saludé a todas las compañeras que yo conocía y Ana me presentó a las dos que podrían competir con ella por el ascenso. Eran dos tremendas perras más jóvenes que Anita; pero la belleza y sensualidad de mi esposa era incomparable con respecto a ellas. Centré mi atención sobre mi hermosa esposa y fui hasta la barra a buscar un par de copas de buen vino rojo. Mientras regresaba junto a Anita, pude ver desde lejos que conversaba con una mujer a quien nunca yo había visto antes? Realmente esa mujer contrastaba con el resto de las mujeres presentes en el salón. Era una rubia muy alta, de piernas interminables que se asomaban por un tajo en su vestido; con unas curvas muy apetecibles y ese vestido ajustado que realmente las remarcaba muy bien. Me acerqué a ellas llevando las dos copas de vino y al llegar Anita me presentó a esa hembra infernal como Victoria, su Jefa directa. Estando cerca pude comprobar que era una mujer madura; varios años mayor que Anita; pero muy bien conservada a fuerza de sacrificarse en un gimnasio. Era muy sensual además y mucho más atractiva que lo que se podía ver de lejos. Anita de pronto se excusó y nos dejó solos, mientras ella se dirigía a conversar con otro grupo de compañeras. Continué mi charla con Victoria y pronto me encontré siendo el blanco de sus atenciones. Me dijo que yo era un hombre elegante, guapo e inteligente?Yo le aseguré a ella que era la mujer más sensual y atractiva en esa fiesta? Se me hacía raro que me hablara con tanta confianza, porque ya mi esposa me había dicho que esa mujer era algo fría y mantenía una relación estricta y bastante lejana con sus subalternas. Sin prestarle demasiada atención, un rato después arrastré a mi hermosa mujercita a la pista de baile y disfruté de acariciar su voluptuoso cuerpo al compás de la música. Anita estaba bastante caliente después de unos cuantos tragos. Esa misma noche llegamos a casa y cogimos directamente en el sillón del salón: ni siquiera pudimos aguantar a desvestirnos para tener sexo en nuestra cama marital? Unos días más tarde, Ana me sorprendió al llegar de su trabajo, diciéndome que esa misma noche vendría a cenar Victoria, su Jefa. Mi esposa no había tenido tiempo para cocinar; así que íbamos a cenar algo rico comprado afuera. Victoria se hizo presente puntualmente y solamente me sorprendió que pasara toda la cena tratando de rozar sus piernas contra las mías por debajo de la mesa? Bastante incómodo por la erección que eso me había provocado; decidí excusarme y quedarme un rato a solas en la cocina. Desde allí escuchaba a ambas mujeres conversar y reírse a carcajadas. De repente se hizo un profundo silencio y entonces apareció por la cocina esa hermosa mujer madura; que se había adueñado de mis fantasías durante los últimos días. Me miró a los ojos con su tremenda mirada de gata en celo. Apoyó sus manos en mis hombros y me comió la boca en un beso que me dejó loco. Pensando que Anita estaba en el salón; le pregunté a Victoria si se había vuelto loca. Pero ella sonrió en silencio y me dijo que me relajara un poco. Había enviado a mi esposa por cigarrillos; sabiendo que Ana tardaría un buen rato en conseguirlos a esas horas de la noche. Pensé en Anita; pero esta vez me dejé llevar por la lujuria que me provocaba esta hembra descontrolada. Ella ya estaba de rodillas frente a mí, desabrochando el cinturón de mis pantalones? Suavemente lamió la punta de mi verga; que naturalmente, ya estaba durísima a esa altura. Después comenzó magistralmente a saborear mi pija; pero con tal pericia, que no me permitía acabar. No pude aguantar más y la jalé por los cabellos, levantándola del piso y sentándola sobre la mesada de mármol allí mismo, en la cocina. Le hice abrir las piernas y le arranqué su breve tanga de algodón a tirones. Comprobé que esa diminuta tela ya estaba empapada? Sin casi pensarlo, le metí un par de dedos en su concha abierta y luego me incliné para darle una buena chupada. Victoria cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, gimiendo de placer. Quería penetrarla en esa misma posición; pero entonces ella me pidió que la cogiera al estilo perrito. Sin perder más tiempo la puse en cuatro sobre el suelo de la cocina y miré el reloj; calculando el regreso de Ana. Teníamos tiempo suficiente? Entonces me arrodillé a sus espaldas y la embestí con gusto; tal como esa hembra se lo merecía. Victoria aulló y se debatió; mientras intentaba escapar a mi abrazo. Comencé a bombearle la concha a lo loco, disfrutando ver cómo esa mujer se retorcía recibiendo mi verga en su cuerpo. Fui aumentando el ritmo; a medida que ella arqueaba su espalda; me suplicó que no me detuviera y que le diera con más ganas todavía. Le gustaba bien duro a esa hembra? Le obedecí y muy rápido pude sentir las contracciones de su concha alrededor de mi verga hundida hasta el fondo de su sexo? Después de acabar ella; me ordenó que me recostara de espaldas; porque era su turno de montarme; sabiendo que yo no había acabado todavía. Enseguida Victoria se empaló a fondo sobre mi verga erecta y comenzó a moverse sobre ella con total maestría. No pude aguantar demasiado tiempo. Esta vez ella se agitó arqueando su espalda y entonces supe que estaba acabando al mismo tiempo que yo. Victoria aulló y gritó como loca? Volvimos a vestirnos; aunque ella no pudo utilizar su pequeña tanga desgarrada en pedazos. Nos sentamos a la mesa justo cuando Anita abría la puerta de calle. Mi esposa miró la cabellera despeinada de su Jefa y le preguntó si la había pasado bien. Esa mujer sonrió diabólicamente y, mirándome a los ojos, respondió que nunca lo había pasado tan, pero tan bien? Ana continuó la charla como si nada; aunque a mí me parecía que ella sabía todo lo que había sucedido en su ausencia?Me llamó la atención que no hubiese armado un escándalo, viendo que su Jefa temía el maquillaje corrido y se le deslizaban hilos de semen fresco por sus piernas? A la semana siguiente Anita regresó muy excitada de su oficina, diciéndome que había sido finalmente promovida tal como ella esperaba. Entonces se me ocurrió pensar si yo no habría sido parte de algún plan que yo desconocía por completo? |
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