Provocacion y Castigo

Provocacion y Castigo
Es un nuevo amante. Estamos en su casa, La computadora encendida, mi cuenta de correo abierta; un par de copas de vino a medio vaciar sobre el escritorio?
Estamos ambos bastante encendidos; mis senos al aire, al igual que su torso sin camisa. Me dice que mi tanga diminuta lo excita y le retruco que sus calzoncillos me parecen horrendos pero excitantes al mismo tiempo.
Quiere ver los mensajes de mail que me mandan; a regañadientes acepto mostrárselos y para ello escribo mi contraseña en el teclado, tratando de tapar lo que escribo con mi brazo, para evitar que él pueda verla y después utilizarla?
Aparecen en la pantalla y se los leo; ronroneando en voz algo queda. Se excita al escuchar lo que mis otros amantes me escriben. Sus suaves manos acarician mis pezones, que ya están bastante erectos, casi a punto de estallar?
Me siento mojada, casi sucia. Su verga endurecida roza mis glúteos desnudos. Su respiración aumenta y parece ser más pesada, Puedo percibir que está mucho más caliente que antes?
Le permito ver algunas fotos que acompañan muchos de los correos electrónicos; la mayoría son penes duros de mis amantes varones; pero también alguna vagina intercalada entre tanta testosterona?
Su calentura sigue en aumento; de pronto y sin aviso, sus dedos entran inesperadamente en mi sexo húmedo y eso me hace gemir.
Me besa la nuca y juega con sus labios en el lóbulo de mi oreja. Ya sabe que ese punto es una zona tremendamente erógena para mí.
Insiste con sus dedos dentro de mi vagina que no deja de latir. Ya presiente que voy a acabar en cualquier momento. Lo sabe y lo disfruta de antemano.

Mi tanga desaparece; él se sienta y me hace recostar boca abajo sobre su escritorio. Su lengua roza mi estrecha entrada anal. Sus labios lo chupan y empiezo a creer que va a sodomizarme; pero entonces vuelve a concentrarse en mi vagina palpitante...
Me lame la concha, dilata mis labios entre sus dedos. Me succiona otra vez el ano; me hunde a fondo sus dedos y me pregunta si me he comido alguna de esas vergas que aparecen en la fotografías.
Miento, diciéndole que me he dejado coger por cada una de esos penes enormes y duros. Las prefiero siempre a su pequeña verga.
Mis palabras lo enloquecen; suspira y gime; mientras sus labios lamen y chupan con ansiedad mi labia.
Sus dedos me penetran ahora con furia y percibo el ego de un macho herido; uno que me acaricia con suavidad, me come con ganas y me penetra con energía para probarme su virilidad.
Me vuelve a preguntar si quiero su verga; pero largo una sonora carcajada y respondo que prefiero comerme las que aparecen en las fotos de mis amantes.
Le leo los nombres de los remitentes y le aseguro que ninguno de esos hombres jamás me ha defraudado al cogerme?
Gime como lloriqueando y me azota el culo con la palma abierta. Me llama "perra" y mete sus dedos en mi ano, como queriendo castigarme por mi desobediencia.
No se contenta con meterme un dedo; ahora quiere dos y después tres. Le digo que me está lastimando; pero él se ríe y redobla el ataque de sus dedos?

La frustración del macho herido en su honor se incrementa, el deseo de mostrarme su virilidad aumenta; estamos en el límite.
Estoy muy excitada y caliente; con mi culo muy dilatado.
Me pregunta por la verga que quiero y le muestro todas las fotos, casi le grito con una voz de hembra caliente, que las quiero todas porque son enormes.
Entonces me escupe, me insulta y me azota el trasero.
Hunde su verga en mi culo de un solo embate; sin advertirme.
Disfruto de semejante cogida; mientras el ano me arde horrores. Susurra a mi oído; me dice que yo deseo todas esas vergas duras; pero la que me está desfondando el culo es la suya; su propia pequeña verga?
Me rio diciéndole que se esfuerce un poco; porque no siento su verga dentro de mi concha. Me embiste con ímpetu; pero insisto en que no siento nada?
Vuelvo a decirle que no siento nada; que la tiene muy pequeña.
No aguanta la bronca de escuchar mis burlas y por eso me insulta. Me aferra por las caderas y se hunde a fondo en mi culo. Me insulta otra vez; pero yo continúo riéndome?